Tuesday, October 03, 2006

El dia despues de Navidad

El día después de Navidad…. Jesús H. González de León

Y después de la Navidad ¿Que sensación nos queda? ¿La vivimos como debió ser? Después de la navidad, ya con tiempo para reflexionar me pongo a recordar una posada que hicimos en una colonia popular. Esta fue todo un caso, cada vez que rifábamos un premio, vez que un borracho levantaba la mano proclamándose ganador. Después los tamales empezaban a escasear, la marabunta de niños arrebatándose un bolo o un juguete. La piñata era un Santaclaus más flaco que un niño africano, con pancita cervecera y unas ojeras tipo zombi crudo. Bueno andaba ahí hasta un perro pobre festejando por todo el salón . En esa posada salio algo bueno. Platique con Manuelita, ella adoptó en estas fechas a un niño de escasos meses. Le puso Jesús, porque dice que El se lo envió. Ella si supo como festejar La Navidad, porque acaso Jesús, hijo de Dios, no fue hijo adoptivo de María y de José?
La navidad va perdiendo significado, nos encontramos tan ocupados en los preparativos del pino, la cena, los regalos, luego llega y nos toma por sorpresa . Se nos olvida que es la celebración del nacimiento de Dios hecho hombre. La idea de la navidad esta algo desvirtuada. Se esta pervirtiendo al convertirla en un concepto mercadotécnico, al usar su nombre como un medio para vender la mayor cantidad de productos y que el consumidor compre lo mas que se pueda. Todavía no es navidad, menos el 6 de reyes y algunos comercios ya están ofreciendo las roscas de reyes. Por ello convendría cambiarle el nombre a la Navidad por “El nacimiento,” mas apropiado a lo que representa.
Propongo algunas ideas radicales para recuperar el sentido de la navidad. Que mejor se dieran los aguinaldos en junio. Esto ayudaría a diferenciar, a separar la alegría y felicidad que proporciona la navidad, desligándola del consumismo. Una navidad mas austera sería mas feliz, como el nacimiento de Jesús en el pesebre, con pobreza, pero lleno de felicidad. Que se intercambie primero amor y luego, si se puede regalos. Que no se intente sustituir unos por los otros. Dar y recibir regalos no tiene nada de malo, el problema es cuando este acto se intenta convertir y hacer creer, gracias a la mercadotecnia, en el único sentido que “debería” tener la navidad. Que al padre no le de miedo de no regalar objetos materiales a sus hijos, que sí le de miedo de no darles amor.
Esta misma mercadotecnia pretende colocar a Santa Claus como el símbolo máximo de la Navidad, en vez del Niño Dios a quien en verdad le corresponde. Para contrarrestar esto se podría hacer una campaña de desprestigio auspiciada por los mismos medios de comunicación que han engrandecido a Santa. Los monstruos navideños Scrooge y el Grinch se encargarían de grillar a Santa Claus, tachándolo de un obeso, glotón, elitista, un promotor del consumismo. De ser un falso invento que enfrenta a los niños con una cruel desilusión, con una cruda verdad: Santa Claus no existe, Santa Claus son tus papas.
Observo a los niños jugando por la casa en noche buena y me doy cuenta que lo que realmente valía la pena, lo que más disfrutaba de la navidad, era la convivencia y la unión familiar que solo la espera del nacimiento del niño Jesus podía lograr.
¿Realmente nació el niño Jesús en nuestros corazones, o todo quedo en simples comilonas, reuniones familiares, bebidas alcohólicas, posadas y cohetes? . jesus50@hotmail.com

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